29 de agosto de 2010

Reflexiones de un sábado a la noche

Hace dos años, más o menos, este blog estaba muy activo. Era una de las vías de escape más eficiente que tenia a mi alcance para expresarme y dejarme llevar por lo que realmente sentía, de lo que realmente me importaba. Fue en mi vida una etapa de expresiones muy fuertes, un momento en que me imponía tratando de dejar claro mi punto, y de escuchar a otros. Pero en realidad lo que quería era audiencia, alguien que me escuche. Pero no un simple recibimiento de aquello que yo decia, necesitaba (esa es la palabra) alguien que pudiese leer entre lineas lo que yo decia. Algo que ni yo sabia que estaba diciendo, algo que realmente quería expresar.

Fue una época con expresiones de toda índole: mi más activa participación política, mi más empecinada verborragia y el momento en que más quice llamar la atención, de hecho creo que fue el único momento de mi vida entera en que buscaba que otros me vean, con consecuencias muy dispares, pero en promedio no las mejores.

Es que ni yo sabia que es lo que realmente queria decir. Hasta que se me ocurrió intentar escucharme a mi mismo, y de a poco todo empezó a tomar forma. Hasta que en un momento encontré las palabras exactas que expresaban lo que sentía. Y se imponía un cambio. No cualquiera, uno radical. Se imponía hacer sacrificios y empezar desde cero, o tal vez menos diez. No importaba, tenia que hacerlo.

Fue así que me arme de coraje y lo hice. Por una vez seguí mis instintos; y volví a dedicarme a estudiar exclusivamente Matemáticas. Viendo en restrospectiva, escritos como "Paz y Matemáticas" o "Domingo a la tarde" decían a gritos lo que en diciembre de 2008 me animé a considerar.

Así las cosas, han pasado dos años de aquellas épocas y mi vida cambió. Yo tenía ciertas espectativas respecto de que era lo que iba a suceder. Estaba decidido a trabajar con todas mis fuerzas para que eso sea posible, y la verdad que se me dieron.

Pero ahora estoy desconcertado. No se asusten, no me voy a cambiar de carrera de nuevo, nada de eso. Dicen que el tiempo pone las cosas en su lugar, y yo preveía uno. O creía que de a poco me iba a amoldar a uno. Pero parece que el resto del mundo tenía otros planes para mi. Que será de mi, donde terminaré: no sé. Pero me encanta este cambio, y un poco de miedo me da, no les voy a mentir. Pero bueno, tengo ganas de tomar este desafio. Se enterarán luego si me fue bien o no. Vale la pena intentarlo... Veremos que pasa. Nos vemos.