9 de mayo de 2008

Césped Nevado

Un papel tapiz en la pared en mosaico. Un fogón de ladrillos con grandes leños de cerezo y álamo en perfecta convinación. Rústicos muebles de dura madera tan antiguos como el lugar en donde se encuentran y con muchas más historias que las personas que día tras día dejan reposar sus objetos sobre sus tablones. Un viejo tablero de madera con piezas marcados por los años, con partidas sobre él que nunca llegarán a tener ni un ápice de los estilos y técnicas de los grandes maestros pero que a mis ojos novatos y poco entrenados tienen una belleza intrínseca en cada uno de sus movimientos. Leer un buen libro mientras estoy sentado en sillones de mimbre sintiendo el fuego en la frente, el dorso de las manos y las piernas. Levantar la vista y ver a través de la ventana una pequeña extensión de césped cubierta por esa misteriosa y mágica alfombra blanca que apacigua hasta los más enfurecidos ánimos cuando se está depositando.
Esa misteriosa influencia que la nieve ejerce en todos la veo magnificada en mí mismo, la sensación exultante sentirte a la vez una simple mota dentro de un extenso campo en el cuál la nieve se deposita de una forma muy lenta pero muy metódica y al mismo tiempo el presentimiento de ser poderoso frente a cada uno de eso copos, suaves y en forma fractal que me rodean y me apabullan. El caminar sobre superficies nunca pisadas si importar si es una vereda o simplemente un trozo de campo de coordenadas indefinidas. La perfección del manto inmutable sobre todo lo que la vista abarca. La inagotable sensación de seguridad que otorgan el fuego y el chocolate caliente y la ropa seca.

¿Dónde quedó esa predisposición a la felicidad?

¿Quién fue el que me la arrebató?
Esa respuesta es fácil, ni más ni menos que yo mismo. Pero no me la arrebaté, tengo el gusto amargo en la boca que me está diciendo que renuncié a el.

¿En qué momento caí sobre ese error?
Nunca lo sabré...

Pero, ¿ha sido realmente un error?
Espero con todo mi corazón que no. Espero que me hayan dado otras formas de la felicidad, que sin embargo ahora no estoy viendo.

Lo que más ansío es el hecho de poder ver la imagen de felicidad que ahora tengo a mi alrededor, que hoy por hoy tengo cegada por esta versión perdida para siempre. Ojalá que la actual la vea pronto, y que esta no me cegué la que se me presente mañana cuando definitivamente halla perdido la que hoy tengo si es que tengo alguna.

1 comentario:

Polakete dijo...

Hipolito...espero ser el primer comentario...y si no soy no me digas nada porque este es el unico que vi para comentar...no entiendo mucho de todo esto de los blogs...solo se que vas hasta algun subfinal y clic en comentarios...y escribo algo aca y despues me fijo como arreglarmelas para que se mande el comentario con esas opciones de ahi abajo...mira...como algo de HTML se voy a tirar a ver que onda cosas...

Ah y una prueba a ver si me lo toma jaja

asdmarq/uee>Hola Hipolito!/asdm/arquee>

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(ahi lo hice bolsa un cacho asi no se me queja...)

Su HTML no es aceptable: Tag is not allowed: /marquee (ahi lo hice bolsa un cacho asi no se me queja...)