22 de septiembre de 2009

Viaje

Este blog estuvo parado por un largo rato, es cierto. También es cierto que dejé de escribir acá por varias razones, entre las cuales se destacan dos: Primero, falta de ganas de escribir, y segundo, cuando tenía ganas de escribir algo me ponía a escribir sobre matemáticas.

No importan mucho las otras, lo cierto es que no estaba activo este sitio.

Ahora bien, en este punto tengo la necesidad de sentarme nuevamente ante el teclado y divagar un poco. Bah... El hecho es que hoy viajo a Mar del Plata. Pero no es sólo un viaje más, voy a la Reunión Anual de la Union Matemática Argentina. El evento que nuclea a la mayor cantidad de matemáticos del país y de los pocos que se hacen anualmente, y aunque no tiene una rama que se destaque, asisten lo líderes en casi cualquier campo. Como para figurar eso, les comento que una de las conferencias la va a dar Luis Caffarelli, asi que imagínense, estoy muy contento por ir. Pero no es sólo el hecho de ir, sino que va un poco más allá. Es la segunda vez que voy, pero la primera en la cuál voy con un objetivo preciso, voy como un real futuro matemático.

Por otro lado toda ida suele tener una vuelta, y esa también la espero con ansias. Es que creo que el tratar de aprender de grosos como los que me voy a encontrar, es el objetivo principal. Y además creo que este viaje me va a servir para crecer y poder desempeñarme mejor en mi día a día, al que siempre estoy tratando de mejorar ahora que tengo los objetivos claros.

Esa es la historia de mi presente. Veré si realmente mis deseos se cumplen y mis espectativas se ven colmadas de acá a un mes.

PD: Veremos si nuevos paisajes toman forma, y espero poder contar una historia más dinámica esta vez.

4 de mayo de 2009

¡Llueve!

Tengo que estar agradecido. Las cosas se me están dando y encima de todo llueve. Eso es realmente una bendición, sino miren un poco para atras en el historial del blog, aunque en este momento sería ideal que fuese de día asi salgo a caminar, y si es en compañia tanto mejor. ¡Que lindo eso!



Bueno, este post está dedicado a Angie, con quién estoy chateando y aa quién hice entrar de prepo al blog.

Bueno, pronto nuevas historias. (Espero)

26 de abril de 2009

Condena: Vena Máxima

Estoy pensando seriamente que cierta gente se puede ir bien a la mierda. Le ponen onda al principio pero al momento de la verdad no son para nada altruístas, al contrario.

Es lógico que cada uno necesita ser, o por lo menos sentirse, exitoso en "su" campo de confianza, en aquello en que siempre nos destacamos o mantuvimos un promedio superior a la media. Pero un momento de flaqueza o de vacas flacas no es malo para nada y hay que aprender a ver a nuestro alrededor.

Pienso también que lo que pasó se puede deber exclusivamente a mí mismo, siempre entregandome al resto haciendo que todo el mundo piense que es algo natural en mi, pero sin prestar atención en mis momentos de espectación, en los cuales espero algo parecido a lo que hago, pero que nnca llega, porque todo el mundo no piensa de la misma manera que la mía.

Cuando las papas queman, las personas son como los genes, egoístas. Tratan de sobrevivir y perdurar en el tiempo, pero de una for un tanto distinta, no como una conjunsión de elemenos químicos ordenados de una forma casi imperturbable, sino en la memoria colectiva por los logros obtenidos durante su vida.

Entiendo que cuando uno se aleja cada vez más de "tierra firme" el horizonte es cada vez más borroso y que los más mínimos astibos de suelo nos hacer rebosar de alegría, aunque al poco timepo nos demos cuenta que no es nada más que un simple espejismo.

Pero aún así, hoy creí sobrevolar una pequeña isla con suntuosos árboles llenos de frutos de los cuales me podría alimentar para poder seguir mi camino todavía desconocido, y derepente una inmensa tormenta creada por el dueño de casa que no encontraba tierra firme, dentro de la que consideraba un continente, generó que mi pequeña aventura se esfumara tal como el vapor que sale de un pava llena de agua en plena ebullición.

Puede ser cierto también que yo no pude manejar la situación, pero realmente creo que una simple pregunta y contemplación del ambinte hubiese bastado para que yo no esté en este momento escribiend estas líneas.

Será un tema de debate interesante, sobretodo por el hecho que espero en mi fuero más íntimo que me demuestren que estoy equivocado y que sobreactue la situación, pero más raconalizo mi los hechos y más cuenta me doy que tengo pleno derecho a reclamar aquello que pido en este momento.

Con mucho más para discutir, me despido y ojalá que quien deba leer esto lo lea. Suerte.

30 de marzo de 2009

Creaciones

Hay veces que el simple hecho de sentarte al frente de un teclado o una hoja en blanco con un bolígrafo en mano hacen el trabajo por sí solo. Las cosas te salen y todo fluye. Está bueno, la verdad, pero es algo fácil, no termina de darte satisfacción plena.
Obviamente que a eso que escribís, o hacés como cosa material, lo querés. Es tuyo, y siempre algo de tu autoría lo querés, menos o más, pero lo querés. Te cuesta desacerte de ello. No siempre es sencillo colgarse de la tecla "Supr" o arrugar el papel y tirarlo al tacho para fijarte si todavia tenés la misma puntería que cuando tenías 10 años y jugabas al basquet con tus amigos. Necesitás protejerlo, por lo menos hasta que todos los caminos que vos abriste en este sentido se cierran solitos o bien caen en el olvido hasta que una rejunta de papeles hace que llegúes a encontrártelo de pronto.

Pero estas creaciones, aunque pueden ser muy buenas, te dejan siempre la sensación de que no son del todo tuyas.

En mi caso me gustan mucho más las creaciones que me surgen desde un momento de inspiración, desde una sensación amorfa en principio, pero que te dejan pensando por mucho tiempo. Esas que hacen que te digas una y mil veces: "Esto viene por acá...", y siempre terminas por volver sobre tus pasos en ese pequeño surco con el pasto un poco más ralo que vos creíste un sendero hacia tu destino. Pero que por otra parte siempre te dejan una enseñanza y al menos algo avanzaste, ya sea en la comprensión del problema o de las pavadas que tenés en la cabeza.

Bueno, ¿a qué viene todo este cuento? A que por fin lo logré. Después de meses de trabajo llegue a cerrar y dejar un escrito bonito, impecable desde cualquier ángulo que se lo mire a una sensación interna que tuve mientras leía un apuntesito para un parcial.

Lo que me terminó quedando fue algo que está bastante alejado de lo que yo creí tener en un primer momento, pero eso es algo bastante lógico, puesto que siempre que uno empieza a escarbar cada vez más adentro suyo, las sensaciones y las ideas, por mucho que nos asusten, van tomando su real forma.

Este trabajo es una propocisión de álgebra abstracta que no es muy complicada y muy intuitiva en sus conclusiones finales, pero que me llena de satisfacción porque es la primera vez que vi brillo y terminé descubriendo oro y no simplemente roca mojada.

Y cada vez lo quiero más, porque hasta me cae bien, je. Tiene una historia intrigante, y de hecho es gracioso, porque aunque parezca mentira, uno de mis primeros errores fue mezclar peras con manzanas tal como nos retaban en la escuela mientras tratabamos de hacer alguna cuenta absurda.

No puedo olvidarme de que tuve a Andrea, mi profesora, que me apoyó y me sigue apoyando en este momento, y que sobretodo siempre me mostraba que es lo que tenía mal y siempre me sacaba cualquier duda que yo tenía. Asi que imagínense la alegría que me dió en el momento que le expuse la versión final de la idea (ahora falta escribirlo como corresponde en los formatos adecuados) y me dijo: "Me convenciste. Y si te tengo que decir algo, toda esta construcción te quedó hermosa. Felicitaciones!!" Fue muy lindo y reconfortante, pero eso implica también que ahora tenga que trabajar más duro, mis estándares subieron, así que no me tengo que hacer el pillo. Pero bueno, es un precio que estoy dispuesto a pagar, je.

17 de marzo de 2009

Sueños con Focas.- Primera Parte

Pocas veces tuve una necesidad tan grande de comunicar aquello que habia soñado. De hecho, me desperté con la certeza de que la gente lo tenía que saber, de una u otra forma.

Es un sueño rarísimo, no solo por el hecho del final que tiene, sino por la misma trayectoria absurda que lleva en toda su extención esta historia, como pasa cada vez que nos aparece una de estas historias oníricas.

Todo comienza en una escena improbable, pero en contrapartida totalmente pausible, y luego todo se degenera, como verán: 

     "Iba en el asiento del acompañante, como de costumbre, en la "citronave" de Facundo como en tantos otros viajes. Teníamos una charla animada, pero al principio lo único que podía entender de la misma era la expresión grave que él tenía mientras hablabamos. Era algo típico, simpre que algo le preocupara o molestara su seño se fruncía notoriamente, obscuraciendo su expresión facial.
      De a poco las palabras y el ambiente empezaron a serme familiares, haciendo que los sonidos empiecen a llegarme de a poco a mis embotados oídos:

          - ...no nos tiene que pasar lo de la otra vez. Acordate que la última vez que ella organizó un asado nos terminamos cagando todos de hambre. Así no va la cosa.
         >> Además, que se deje de joder...
          - Ah! Mirá que copado que les quedó eso, Facu. No es el lugar ideal, pero calculo que va a servir.

       (Y aquí se empieza a distorcionar todo) Mirando hacia afuera veo que estabamos, ni más ni menos que en Los Antiguos, pasando por el frente de nos terrenos que sn de mi abuela, y que desde el límite de los mismos hasta la calle tiene una amplísima vereda que la propia municipalidad se encarga de mentener cubierto de un verde cesped y de florecidas rosas durante el período estival en ese punto del globo. Y entre las plantas de rosas (que no son de gran porte) hay aproximadamente unos tres metros, en donde se habían montado unas pequeñas estructuras de metal, de hierro estructural más precisamente, que estaban pintadas de azul y que formaban algo así como el esqueleto de un cubo. Y de hecho algunas pocas de las 10 o 15 que se habían hecho, estaban con las caras laterales cerradas con alambre tejido romboidal de una forma rústica, muy habitual en el pueblo. Pero lo más extraño de todo era que algunos de estos estaban ocupados por carpas individuales que asocié directemente con el sentid final de toda aquella locura que tomé con total naturalidad, el cual era el albergue de turistas y mochileros que llegaban al lugar como paso.

        - Les quedaron dentro de todo bien, pero se podrían haber jugado un poquitito más...
        - Si, la verdad que tenés razón. Bueno, bajemos a comprar. 
  
     En ese momento estabamos en la avenida 11 de Julio, nos estacionamos y nos bajamos. Intuitívamente fuimos al que era nuestro destino, la carnicería. Pero esta se diferenciaba mucho de las que cualquiera pueda llegar a imaginar. Era de hecho, una casa bastante grande y alta, hecha de adobes que estaban pegados con barro. La puerta era de talones de madera labrados a hacha y lijados con una escofina manual, que no calzaban bien ni entre ellos ni tampoco con el marco, lo que dejaba grandes entradas de aire. Todas las ventanas se limitaban a un solo ventiluz que daba hacia la calle, hecho con la misma madera conque había sido construído el marco de la puerta, y por lo que se podía observar, tambíen las cabriadas. Y además no tenía vidrio, sino que en contrapartida tenía un alambre tejido "pajarero". Al momento de entrar, noté que esta precaria construcción no tenia cielorazo, por lo que la estructura de techo (tambíen de madera de álamo) dejaba ver aquellas antiguas chapas de un material blando, fácil de clavar y además muy negro.


  Hasta aqui la primera parte, luego seguiré con mi relato.

3 de marzo de 2009

El Estanque

Cierto día se me ocurrió volver al estanque. Y la verdad que uno quisiera ver las cosas que vi cada vez que visita esos parajes tan propios, como en este caso, mi espejo de agua. 

Estaba cambiado, pero de una forma particular. Pequeños retoños crecían y un verde muy claro y renovado inundaba el paisaje. Los árboles se veían esbeltos y muy fuertes, hasta arrogantes. Sus vecinos más pequeños tampoco lo hacían mal, de hecho cojines y gramineas disputaban su valía en la parte baja del terreno, contorcionándose y ordenándose para atraer cada vez más la mirada. 



Visitantes no se avistaban, ni siquiera rastros de estos, pero pronto estarían por llegar, puesto que el magnetismo que irradiaba esta vez aquella lejana locación era fascinante y hasta cautivador. Creo que ninguna criatura viva que pase cerca podría dejar de sentirse por lo menos extraño, y con la seguridad de encontrarse cerca de algo que impone su respeto por el sólo hecho de existir de la forma que lo hace.

En el centro se hallaba aquella frágil existencia. Un pequeño cuerpo de agua que es el que le da ese misticismo a todo el lugar, de un agua tan pura y cristalina que resulta etérea; de una naturaleza indescifrable, cuyo propio carácter deja ver por momentos a esos térreos guijarros que adornan el piso gredoso de la laguna, y que en otros instantes nos muestra la magnifisencia de un cielo sin el menor rastro de un nube. 

Realmente me gusto verlo así, de esta manera. Con la escolta de aquellas montañas, coronadas de nieve y piso de laja desgajada, que nunca abandonarán la existencia milagrosa de este lugar. Lugar que parece esperarme con ansias cada vez que lo encuentro en una nueva primavera, y que me despide melancólicamente en cada otoño cuando se retira a dormir bajo esa protectora manta de nieves límpidas y fractales. 

Este es mi lugar y hoy me invita a seguir. Tiene unos impulsos renovados y aunque sus componentes son los mismos, piensa seguir reinventándose hasta que no pueda hacerlo más. 

Y con esas fuerzas me encuentro yo hoy por hoy. Con la sensación de que las cosas están en su sitio y que de ahora en más, todo tiene que andar como corresponde, puesto que ya no hay más engranajes sueltos ni tornillos flojos, sólo una maquina aceitada capaz de trabajar en todo su esplendor, y con ansias de acoplarse a algo aún más grande que se construirá con el tiempo y que nunca parará de crecer.